De media, los consumidores tienen que esperar entre seis y ocho meses a que las distribuidoras conecten los paneles a la red eléctrica.
Los retrasos en la puesta en marcha de instalaciones fotovoltaicas colectivas -conocidas comúnmente como comunidades solares- suponen unas pérdidas de media de más de 500 euros al año por cada vivienda, según cálculos de Aldea Energy, startup valenciana que ha nacido para democratizar la energía renovable.