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En un mundo cada vez más consciente del cambio climático, la Unión Europea (UE) ha dado un paso significativo hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mediante la revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios. Esta revisión, propuesta en diciembre de 2021 como parte del paquete de medidas «Objetivo 55», tiene como objetivo lograr una reducción mínima del 55% de las emisiones de GEI en la UE para 2030, conforme a la Ley Europea del Clima de 2021.

El propósito fundamental de esta revisión es establecer un camino claro hacia un parque inmobiliario de cero emisiones y totalmente descarbonizado para 2050. Para alcanzar este ambicioso objetivo, se han propuesto varias medidas que afectarán tanto a los edificios existentes como a los nuevos.

Según la propuesta de la Comisión Europea, a partir de 2030 todos los edificios nuevos en la UE deberán ser de cero emisiones, con una fecha límite incluso más temprana (2027) para los edificios públicos nuevos. Se establecerán normas mínimas de eficiencia energética a escala de la UE para garantizar unas normas más armonizadas en todos los Estados miembros. Además, se requerirá la renovación de los edificios menos eficientes, tanto residenciales como no residenciales, con el objetivo de mejorar su clasificación energética.

Sin embargo, el Consejo de la UE adoptó una orientación general ligeramente diferente en octubre de 2022. Si bien también apunta hacia edificios de cero emisiones para 2030, propone exenciones para ciertos edificios, como aquellos de importancia histórica o religiosa, así como aquellos utilizados con fines de defensa. Además, se enfoca en establecer trayectorias nacionales hacia un parque inmobiliario de cero emisiones y establecer umbrales máximos de eficiencia energética para los edificios no residenciales.

El Parlamento Europeo, por su parte, ha propuesto medidas aún más ambiciosas. Propone adelantar la fecha límite para que todos los edificios nuevos sean de cero emisiones a 2028 y aplicar esta obligación incluso antes, a partir de 2026, para los edificios ocupados o explotados por autoridades públicas. Además, se enfoca en la integración de tecnologías solares y establece requisitos más estrictos para la eficiencia energética de los edificios, tanto residenciales como no residenciales.

En resumen, las propuestas de la Comisión Europea, el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo reflejan un compromiso compartido de la UE para abordar el desafío del cambio climático mediante la mejora de la eficiencia energética en el sector de la construcción. Si bien existen diferencias en los enfoques específicos, todos coinciden en la necesidad de acelerar la transición hacia un parque inmobiliario más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Esta revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios representa un paso crucial hacia un futuro más verde y sostenible para Europa, sentando las bases para un entorno construido que no solo reduzca las emisiones de GEI, sino que también promueva la innovación y la creación de empleo en el sector de la construcción. Sin duda, estas medidas marcarán un hito en la lucha contra el cambio climático y la construcción de un futuro más próspero para las generaciones venideras.